viernes, 5 de julio de 2013

Leyendas de Praga (V)

 Si Praga es un baúl de arte e historia, la colina de Vysehrad es la llave de todos sus secretos.


El diablo, San Lucas, San Longino, un cementerio vivo, treinta y cuatro fantasmas, y mil leyendas más que forman parte de la más enraizada tradición del país… La mítica princesa pagana, Libuse, hija del padre de la patria checa, Cech, eligió una colina sobre la que se divisa el río Moldava y lanzó una profecía que perdura aún entre la tierra y el cielo de la eterna Praga: “Aquí nacerá una ciudad cuya fama y gloria llegará hasta las estrellas”. Así fue y así lo cuentan las leyendas checas. Pero en realidad, entre aquellas rocas, nació también uno de los lugares más enigmáticos y simbólicos que hay en toda Europa: Vysehrad.


Quizá sea difícil entender la historia de este lugar sin pasear entre sus calles y árboles, sin divisar su iglesia negra y su “jardín” de tumbas, pero se trata del decorado adecuado para divagar entre los dos mundos. Libuse, el inicio de esta historia, marcó el enclave de una fortaleza que ha sido testigo de luchas de poder, morada de monarcas y escenario de cruentas batallas en las que el objetivo era asegurar el control de un bastión estratégico en las guerras checas.
 
La Iglesia de San Pedro y San Pablo es de estilo neogótico, pero la primitiva iglesia se construyó en el siglo XI. Tras un incendio se construyó la actual en 1885 y las torres gemelas se añadieron posteriormente en 1902.






 Creado como un pequeño lugar de enterramiento, en 1886 el cementerio de Vyšehrad creció hasta convertirse en lugar de descanso de los restos de célebres personalidades del país, como por ejemplo el pintor A. Mucha, o el compositor Dvořák.


 Exactamente son treinta y cuatro los fantasmas que dicen que moran en la fortaleza.

 
Su extraño carácter, dicen, quedó plasmado en sus relatos. De entre los treinta y cuatro espectros de la colina, los checos hablan de veinte damas blancas, entre ellas la princesa Libuse.


La Doncella Negra es otro de los fantasmas que se dice que habita Vysehrad. Se dice que gime y solloza, pero además, exhala un aliento helado que hace que no crezcan las plantas.


No acaba aquí la increíble historia espectral de la colina: dos arquitectos que fueron allí ahorcados intentan estrangular a los transeúntes que divisan; una rosa blanca, plantada entre sus jardines, es una sentencia de muerte: quien la encuentre y la toque, fallecerá; un baile de esqueletos se produce algunas noches junto a la rotonda de San Martín; un mayor francés merodea el castillo desde los tiempos de la ocupación gala –en 1742–. Todos estos espectros forman parte del universo del más allá que es Vysehrad.


 Desde los miradores se tienen unas estupendas vistas de la ciudad.



 Bajamos hasta el río y fuimos paseando sus orillas...
 
Y conociendo sus habitantes..


Que les parece este hotel flotante???
 
Praga se caracteriza por ser una ciudad de larga tradición histórico-cultural. Sin embargo, desde hace poco más de una década el arquitecto Frank. O. Gehry ha instalado un edificio que realmente rompe con todos los esquemas, a pesar de que recupera algunos rasgos de la arquitectura convencional de la ciudad, por lo que transmite una bocanada del aire fresco de la modernidad en una ciudad netamente ancestral.

 También denominado Ginger y Fred – en honor a la mítica pareja de bailarines – la casa es una construcción de estilo deconstructivista, que sin embargo logra integrarse al vecindario de la costa este del río Moldava.
 
El diseño plantea una ruptura de las líneas rectas: justamente la sinuosidad de sus curvas da realmente la sensación de que se estuviesen moviendo al compás de una melodía. Se dice que este quiebre representa en la arquitectura el giro político operado en 1989, en el que, a partir de un nuevo lenguaje pero que pueda ser entendido por todos, se pretende dar un salto hacia el futuro.
 
Emplazado sobre una superficie de 5.400 m2, se ha utilizado para realizarlo acero, cristal y hormigón. En su parte superior tiene una cúpula – muy utilizada en los edificios tradicionales de Praga – pero, claro está, hecha a su propio estilo.

La Casa Danzante es una muestra de talento artístico y arquitectónico, además de demostrar 
que lo clásico y lo moderno pueden convivir.
 
Y seguimos el paseo por la orilla del Moldava antes de internarnos de nuevo en la ciudad.

Nove Mesto, que significa ciudad nueva en checo, es la zona más "nueva" del centro histórico de Praga, llamada así para diferenciarla de la Ciudad Vieja.


 A pesar de su nombre, la Ciudad Nueva fue fundada hace más de 600 años por el rey Carlos IV, en 1348, y ocupaba una gran área entre la Ciudad Vieja y Vysehrad. La creación de este nuevo distrito tenía como objetivo aumentar el tamaño y la población de Praga, la amada ciudad del rey Carlos, emperador del Sacro Imperio Romano, a la que había convertido en su capital. Pronto la actividad comercial y de negocios se trasladó a esta zona desde el Barrio Pequeño y la Ciudad Vieja para quedarse definitivamente, puesto que hoy los negocios, bancos, hoteles y comercios más importantes siguen estando aquí.


 El rey supervisó personalmente el progreso de los trabajos de construcción y participó en el minucioso diseño de la ciudad. Moderno para aquellos tiempos, el trazado de amplios bulevares y plazas predominaron en sus planes. Así, había en la Ciudad Nueva tres grandes plazas que servían de mercados: el mercado de caballos (hoy Plaza Wenceslao), el mercado de ganado (actual Plaza Carlos) y el mercado de heno (en la plaza Senovážné). En la actualidad, las calles Vodičkova y Jindřišská conectan las tres plazas.


 Aunque originariamente el estilo predominante fue el gótico, mucho de su arquitectura actual corresponde a fines del siglo XIX. La Ciudad Nueva se había convertido en un barrio insalubre y decadente y en un trabajo de limpieza y saneamiento los edificios originales fueron derrumbados y reemplazados por otros, construidos por arquitectos afamados de la época, lo que dio como resultado una variada mezcla de estilos.
 El Teatro Nacional de Praga es una de las instituciones culturales checas más ricas. Su tradición artística fue creada y mantenida por las personalidades más distinguidas en la sociedad. Gracias al aporte de esta tradición, ayudó a preservar y desarrollar las características más importantes de la nación. Entre esas propiedades querían destacar la lengua checa y mejorar la manera de pensar sobre el sentido de la música checa y su dramatismo.

 
El edificio del Teatro Nacional se inauguró precipitadamente el 11 de Junio del año 1881 debido a la visita de príncipe heredero Rudolf. Once actuaciones más tarde, el edificio volvió a ser cerrado para retocar los últimos detalles y, en dicho proceso, unos incendios destruyeron la cúpula de cobre por entero. Por ese motivo, la fecha que se considera como verdadera inauguración la situaríamos el 18 de Noviembre del año 1883. El fuego prendió la mecha de un sentimiento nacional y en 47 días, fueron donados 1 millón de florines para su reconstrucción.


 La calle tiene auténticas joyas arquitectónicas...

 La siguiente parada, el museo Mucha. El Museo funciona en el palacio Kaunitz, del siglo XVIII; aquí se pueden ver los carteles característicos, paneles decorativos temáticos, escenas extraídas de su Epopeya eslava; también una reconstrucción del estudio de París con sus muebles y fotografías.
 
Y seguimos paseando hacia el centro. En cualquier lado un detalle delicado que puede pasar desapercibido..

 
Volvemos a la Plaza de la República.
Me encanta el contraste de estos dos edificios a los que luego volveremos...

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