miércoles, 2 de marzo de 2016

Tailandia, el país de la sonrisa ( II )

El Palacio Real y Wat Phra Kaeo. 
Vista de la terraza inferior del complejo con el dorado Phra Si Rattana Chedi que guarda un pedazo del esternón de Buda, el Phra Mondop o biblioteca y el Panteón Real.




Estas preciosas figuras representan guardianes mitológicos que custodian el complejo.

Como estos guardianes en piedra:














Uno de los leones que vigilan la entrada al bot del Buda Esmeralda, en el que no se podían sacar fotos.

Estas figuras doradas pertenecen al exterior del bot del Buda Esmeralda. Son 112 garudas (animales mitológicos) mezcla de ser humano y ave) representados portando nagas (serpientes), son típicos de la deslumbrante decoración del Wat.

Parte trasera del Wat del Buda Esmeralda. Según la tradición, en 1434 un rayo cayó en un chedi de Chiang Rai, lo que reveló la presencia de un sencillo buda de estuco. Pero el yeso se cayó y descubrió una imagen de Buda hecha en jade. Sólo mide 66 x 48 cm y está colocada en el interior de una urna de cristal encima de un altar dorado.













Salón del trono Dusit, construido en 1784, alberga la obra maestra del arte tailandés: el trono original de Rama I de teca taraceada con nácar.

Palacio Real. Aquí claramente, se puede apreciar la gran influencia que tuvo la cultura inglesa en la idea que tuvo el rey para su palacio, y más concretamente la influencia de Ana Leonowens, ( véase El rey y yo o Anna y el Rey)


En el Wat Traimit o Templo del Buda de Oro nos encontramos con una estatua de Buda que mide 3 metros y pesa 5,5 toneladas y que además es de oro puro.

En el barrio de Thon Buri nos esperaba el Wat Arun o templo del Amanecer. Su prang principal mide 79 metros de altura y en el siglo XIX se le añadió la decoración a partir de piezas de porcelana. Representa el monte Meru.


Unos deliciosos saltamontes fritos antes de entrar ( saben a sardinas fritas).








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