viernes, 2 de mayo de 2014

Jordania (y II)

Nuestro siguiente destino es la enorme fortaleza de El Kerak, erigida en la primera mitad del siglo XII por los cruzados y que pasó sucesivamente bajo el control de los árabes, quienes en 1.263 consolidaron y ampliaron su estructura. Esta espectacular fortaleza está situada a unos 1.000 metros de altura, en una posición dominante que ya había hospedado la antiquísima capital del reino moabita, para convertirse luego en sede de un obispado en época bizantina.

Rodeado por un enorme foso, que los lugareños decidieron cubrir de tierra, es realmente imponente, con sus potentes torreones que sobresalen valientes de sus muros perforados por saeteras.

Estos torreones rectangulares encaran el valle de Ayn as-Sitt, en el lado opuesto de la gigantesca cisterna que construyeron los árabes para abastecer el bastión.

Mientras que los cruzados usaron para construir el castillo una piedra volcánica oscura y muy dura, los árabes usaron una clara y blanda, muy fácil de trabajar.

Particularmente especial es la vista que se goza desde lo alto del patio superior del castillo, vista que abraza el Mar Muerto y el Valle del Jordán.

Luminoso exterior que contrasta con el aspecto lóbrego pero fresco del interior.


Camino a Petra.- Puesta de sol en el desierto. 

Y al día siguiente llegamos al objetivo de nuestro viaje. Pero antes de ver las maravillas de la ciudad nabatea abandonada debemos penetrar entre las sombras de Bab as Siq, una estrecha garganta formada por impresionantes paredes de arenisca de color rosado, amarillento y grisazulado.

 Bab as Siq.- Originado por un cataclismo que provocó una hendidura en la montaña, el Siq tiene una longitud de unos 2 kms y sigue el cauce seco del torrente Musa, expresamente desviado por los nabateos para permitir el acceso a la ciudad en todos los periodos del año.

A lo largo del Siq quedan sólo escasos vestigios del empedrado original de la calzada y de muchos de los elementos decorativos que se hallaban a lo largo de su recorrido.

Y al final de la estrecha garganta nos esperaba Al-Khaznah, el Tesoro.


La fachada, profundamente excavada en la alta pared rocosa que se levanta frente a la salida del Siq, impresiona hondamente por sus dimensiones ( unos 40 metros de altura por 28 de ancho), por el excepcional estado de conservación de la piedra, mejor protegida que en otros puntos de la erosión de los vientos, por la armoniosa composición arquitectónica de clara derivación helenística, así como por el cálido color que la envuelve. 

 Fue la inusitada forma de la urna que vemos en su parte superior lo que hizo nacer la leyenda de que el edificio contenía el tesoro escondido de un faraón.

La función efectiva de este espectacular monumento sigue siendo objeto de discusión.¿ Era una tumba, un templo o un mausoleo real?

 La calle de las Fachadas, que debe su nombre a las varias columnas de tumbas asirias dispuestas en varios niveles.

 Otro aspecto de la ciudad nabatea.

El Teatro.- Totalmente excavado en la roca en el siglo I de nuestra era y formado por 33 hileras de gradas con capacidad para 3.000 espectadores.

Dromedarios beduino-nabateo-petrenses.

Vista desde lo alto de la pared rocosa con la Tumba de la Urna a la derecha, realizada probablemente para el rey Malichos II en torno al año 70; impresiona hondamente por la altura y profundidad de las obras de excavación.


Guardián de la Tumba de la Urna. 

Y subimos hasta El Deir o Monasterio.-Para llegar hasta él es necesario subir más de 850 escalones, es decir casi una hora de camino.

Vista desde lo alto de la cima.

La estructura de la fachada recuerda a la del Tesoro, pero las proporciones varían: 50 metros de largo por 40 de altura. El piso inferior está jalonado por la abertura central y dos hornacinas laterales. La parte alta se caracteriza también por tener un tholos central, coronado por una urna y flanqueado por dos templetes rematados por un frontón partido. 


Podría tratarse de un templo dedicado al rey divinizado Obodas, realizado en tiempos del último soberano nabateo Rabel II, o sea a finales del siglo I d.c. El edificio está precedido de una explanada esencial para el desarrollo de las ceremonias religiosas.

Puerta monumental en la Ciudad Baja. Es una de las construcciones que mejor se conservan, junto con dos templos nabateos. Fue erigida probablemente entre el siglo I a.c. y el I d.c.


Al Kahznah, el Tesoro, antes de partir.

Una última mirada atrás.


Wadi Mussa.- Puesta de sol sobre Petra.

 Al siguiente día pasamos la jornada recorriendo 
Wadi Rum, con sus formaciones rocosas y arena finísima de colores inusitados, que van desde el amarillo fuerte al rojo oscuro, y que constituyen una de las principales atracciones de este desierto. A la milenaria acción del viento se deben los pintorescos paisajes que sirvieron de telón de fondo de la película Lawrence de Arabia. 

 Posee cumbres que llegan a los 1.754 metros de altura.

Hay numerosas fuentes de agua en este desierto no tan inhóspito y al que se llega sólo en jeep conducido por niños de 15 años.

 Garganta donde se encuentran unos interesantes grabados rupestres.

Estas representaciones van desde escenas de caza con arco, con hombres y animales estilizados pero de gran movimiento, a inscripciones en nabateo y árabe, y también una antigua escritura desaparecida en el VII A.C.

 Este gran valle fue recorrido durante milenios por cazadores y nómadas, que dejaron en él interesantisimas huellas de su paso. Se trata sobre todo de incisiones rupestres dejadas tanto en los peñascos y paredes rocosas como en el interior de grutas naturales.
 
Se pueden recorrer estas vastas extensiones de arena rojiza, de la que emergen rocas de formas y coloraciones particulares, que parecen ir cambiando continuamente según nos adentramos en el desierto.

Otras vistas del desierto.


¿Una maravilla, verdad?

Y acabamos nuestro viaje acercándonos a Aqaba, ciudad que ha sido importante durante milenios debido a su posición geográfica, que la convirtió en un eje de vital importancia para las conexiones entre las costas de la península arábiga y el área mediterránea. Hoy los viajeros y turistas hacen un alto para despedirse de la preciosa y apasionante Jordania dándose un chapuzón en sus costas y haciendo un poco de snorkel mientras a su alrededor tres países, Jordania, Egipto e Israel  parecen abrazarle con sus cálidas costas. الى الابد  الأردنّ. ¡Hasta siempre Jordania!

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