miércoles, 3 de febrero de 2016

Fascinante India (III)

El Palacio de la Ciudad (City Palace) o Palacio del Maharajá es un inmenso recinto con numerosos patios rodeados por diversos edificios. Puede admirase un edificio de dos plantas que tiene una entrada con tres arcos bajo una galería limitada también por arcos, todos ellos de mármol labrado; su tejado plano constituye una inmensa terraza. Una gran puerta bajo un arco de mármol labrado flanqueada por dos elefantes de mármol blanco. Un edificio de cuatro plantas, pintado de color rosado combinado con blanco, con algunos arcos y columnas de mármol, un gran arco de entrada y numerosas ventanas y celosías, y un tejado con cúpulas rematadas por pináculos metálicos. Frente a él hay otro edificio decorado también en rosa y blanco, no muy alto y de tejado plano sobre el que se dispone, rompiendo la magia de las estancias del palacio, una gran antena parabólica que de pronto hace recordar que estamos en el siglo XXI.




En una de las dependencias hay una tienda de artículos de madera tallada, algunos de gran calidad, donde pueden hacerse algunas compras y en virtud del tira y afloja del regateo se puede conseguir un buen precio si no se lleva prisa.
Otra parte del palacio ha sido transformada en museo, allí pueden admirarse tejidos, tapices, armas, instrumentos musicales, pinturas, miniaturas y manuscritos. Pero lo que mas llama la atención son los trajes de un antiguo maharajá que, a juzgar por el tamaño de sus ropas medía mas de dos metros de altura y mas de uno de anchura de hombros, lo que, sin duda, raya con la ficción y transporta al visitante a un cuento oriental de gigantes y princesas.



Pero el edificio principal es el Chandra Mahal, tiene forma de pirámide con una altura total de seis plantas, la planta baja mas cinco pisos rodeados de terrazas que corresponden, en cada uno, al tejado de la planta precedente, mas amplia. El último piso está reducido a una estancia abierta limitada por arcos, y sobre su tejado curvado flanqueado por dos pequeñas cúpulas se eleva varios metros una enorme bandera de la India.
El Chandra Mahal solo puede admirarse desde el exterior, ya que sigue siendo la residencia de la familia del actual Maharajá de Jaipur; su entrada se encuentra en un ala anexa al edificio y perpendicular a él, bajo un mirador con tres arcos; tanto entrada como mirador están profusamente decorados con representaciones polícromas de figuras femeninas y cinco pavos reales con las plumas de la cola extendidas rodeados de motivos florales y geométricos. 


 
El Palacio de los Vientos, Hawe ka Mahal, está situado en una calle de Jaipur, no está rodeado de amplios jardines como otros palacios. Tiene una majestuosa fachada en rosa y blanco; las damas del palacio, para las que fue construido podían observar el exterior sin ser vistas a través de sus numerosos miradores repletos de casi un millar de ventanas y celosías. Es un edificio de cinco pisos; los dos superiores, más estrechos, dibujan la cola de un pavo real, uno de los animales que en la India tiene un valor simbólico.




A unos 35 kilómetros al sudoeste de Agra se encuentran las ruinas de Fatehpur Sikri, suntuosa ciudad mogol construida por el emperador Akbar, el Grande, utilizada 17 años y abandonada por falta de agua. Se dice que el emperador escogió la colina de Sikri tras haber consultado al jeque Salim Chistie, santo nacido en ese lugar, que profetizó a Akbar el nacimiento de tres hijos; (el edificio más majestuoso de Fatehpur Sikri es precisamente la tumba de este santo). Dos años después del nacimiento de su primer hijo, Akbar inició en Sikri la construcción de una mezquita y un palacio; los nobles de la corte empezaron a construir sus casas en las cercanías y, al cabo de poco tiempo, apareció una nueva ciudad que fue la capital del imperio hasta que 17 años mas tarde, en 1585, Akbar y su corte la abandonaron repentinamente. En 1573, tras la conquista de Guyarat, Akbar le puso el prefijo de Fatehpur que significa Ciudad de la Victoria.





Durante su estancia en Fatehpur-Sikri Akbar mostró un gran interés por temas religiosos; se dice que quiso unificar las religiones y como muestra de ello tomó cuatro esposas de cuatro religiones diferentes; de ellas posiblemente su preferida fue María, cristiana de origen portugués. Llegó incluso a concebir una religión propia; y aunque no logró, como pretendía, una única religión para su imperio fue quizás el precursor de la tolerancia religiosa que, salvando las excepciones, existe en la India actual.










Fatehpur Sikri ocupaba un cerro rocoso cuya cima se extiende en dirección noreste-sudoeste; y estaba rodeada de una muralla por tres lados, pues al noroeste se extendía un gran lago, actualmente seco. Aún se conserva parte de la muralla y algunas puertas.
La Mezquita y el Palacio Imperial constituyen una obra maestra única. Separados por una corta distancia suelen recorrerse de sur a norte; ello supone un largo paseo que, como todo en la India, se realiza con calma.









 
El primer contacto con Fatehpur Sikri impresiona por su grandeza; se trata de la monumental puerta de entrada a la mezquita, en la fachada sur, por la que se accede; se llama Bulland Darwaza y se eleva 40 m por encima del nivel del patio de la mezquita. Un inmenso arco apuntado en el centro rodeado por una superficie plana; arcos más pequeños a varias alturas en su interior y en los laterales; chattris en su parte superior; todo ello da una gran sensación de esplendor; pero desde fuera, cuando se contempla desde inmediatamente debajo, esa sensación es mucho mayor aún, ya que desde la carretera hasta la entrada ascienden unos 70 escalones; esta obra tan colosal constituye la afirmación del poderío de Akbar.










La gran mezquita fue en su día la mayor de la India; su patio es inmenso y la sala de oración, en el lado occidental, muy amplia. Dentro del patio, en el lado norte, se halla la tumba del jeque Salim Chishti, revestida totalmente de mármol blanco, que destaca del resto de la mezquita construido mayoritariamente en arenisca roja. Se eleva sobre una pequeña plataforma; en su parte superior lleva una cúpula central rematada por un pináculo metálico y un amplio alero que es sujetado por hermosas columnas ricamente labradas formando una galería que rodea a la Sala principal de la tumba; los muros de ésta son de celosía por lo que mantienen el interior aireado y al mismo tiempo oculto. En el interior se halla el cenotafio, cubierto por un toldo de piedra sujetado por cuatro columnas; todo ello ricamente decorado. La tumba del santo Salim sigue siendo un lugar de veneración, donde fieles y visitantes depositan sus ofrendas de flores o dinero.
El Palacio Imperial de Fatehpur Sikri, situado al norte de la mezquita, está formado por una serie de pabellones y amplios patios rectangulares unidos entre si, agrupados en terrazas en la cima de la estrecha colina de Sikri. Al igual que la mayoría de los palacios indios de la época se compone de una zona para mujeres, una zona para hombres y una zona pública. Cada edificio tiene su carácter propio y original.










Entre los más interesantes figuran el Diwan-i-Am (sala de Audiencia Pública) que es una estancia de columnas no muy grande situada frente a un gran patio, y el Diwan-i-Khas (sala de Audiencia Privada), edificio cuadrado con un chattri en cada esquina que, desde fuera, parece tener dos pisos, pero interiormente contiene sólo una sala; en el centro de ésta hay una única columna que se eleva hasta la mitad de la altura y está ricamente adornada con ménsulas que soportan una pequeña plataforma circular que enlaza con las esquinas del salón por cuatro pasarelas.
El palacio privado del emperador comprende varios edificios agrupados en torno a un estanque llamado Anup Talao. En la esquina noreste del estanque se halla la llamada casa de la Sultana Turca (nombre erróneo, pues se encuentra en la zona para hombres) con una rica decoración.
Pero el pabellón mas característico de Fatehpur Sikri es sin duda el Panch Mahal, situado en la zona para mujeres; se trata de un edificio de cinco plantas, cada una de ellas de menor extensión que la precedente, formando una pirámide asimétrica. Destaca sobre los edificios de su entorno por su altura y también por su estructura peculiar; cada planta es una sala de columnas (muchas de ellas decoradas con relieves variados) completamente abierta, y cada uno de sus tejados planos sirve de terraza para la planta superior; el piso mas elevado solo consta de cuatro columnas cubiertas por una cúpula cuadrada. Las salas del Panch Mahal en tiempos de Akbar no estaban tan abiertas al exterior como se muestran hoy día, ya que los espacios entre las columnas exteriores estaban cubiertos por muros de celosía desde donde las mujeres podían observar sin ser vistas.








Otros edificios son la residencia de Mariam, con impresionantes pinturas, el palacio de Jodh Bai, residencia de varias de las esposas del emperador y el palacio de Birbal, robusto edificio de dos plantas ricamente decorado, con dos amplias terrazas en el piso superior y rematado por dos grandes cúpulas.
Fuera del palacio, pero visible desde una de sus terrazas se encuentra un minarete, el Hiran Minar, con un chatri en su parte superior y su pared, desde cierta altura, tapizada de gruesos clavos. Hay quien dice que es el mausoleo de un elefante de Akbar, y que su exterior estuvo adornado con colmillos de elefante que fueron saqueados; pero esto, como otras muchas cosas de un lugar tan emblemático como misterioso, puede estar bastante lejos de la realidad.

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